Asturias es rica en testimonios de la última fase del Paleolítico, entre el 35.000 y el 9.000 a. de C., siendo las pinturas y grabados que podemos observar en las paredes de algunas cavernas, huellas inequívocas de la existencia de grupos de cazadores y recolectores del Paleolítico Superior.
Buena muestra de este tipo de arte parietal en nuestra región, que en alguno de los casos nos equipara a los grandes centros de arte rupestre paleolítico de Europa.
Las más representativas son las cuevas de:
Estos restos arqueológicos son un ejemplo de la actividad de las diferentes comunidades prehistóricas, que lentamente se fueron convirtiendo en sociedades cada vez más sedentarias, fruto de su evolución y adaptación al medio que les rodeaba.
También es visitable el Abrigo de Santo Adriano. Fue descubierto en noviembre de 1994 y se encuentra en la orilla derecha del río Trubia, a un kilómetro aproximadamente al norte de la localidad de Tuñón, concejo de Santo Adriano. Se trata de un pequeño abrigo o covacho de orientado total mente al sur. Este yacimiento perteneciente al Paleolítico Superior, está formado por dos paredes que convergen hacia el interior, con gran apertura de boca. Cuenta con 30 grabados de animales prehistóricos del año 21.000 antes de Cristo (1ª parte de la 2ª mitad del Paleolítico Superior), entre los que destacan cinco ciervos, un caballo y dos o tres bóvidos que bien podrían ser uros. Este abrigo resulta de gran interés porque ofrece una muestra de las etapas más antiguas de la expresión artística en Asturias y descubre la unidad y entrelazamiento del poblamiento del Nalón Medio en las etapas antiguas y medias del Paleolítico Superior. Se puede consulta información acerca de las visitas aquí.
Se puede consultar más información sobre las cuevas prehistóricas asturianas, sus horarios y accesos, en la web de Turismo Asturias.